miércoles, 12 de octubre de 2016

Para J. C. 

Intentar explicarlo supone contaminarlo de tal forma que se convierte en algo detestable, asqueroso. Cambia completamente. Pierde toda su inocencia, su fuego, su luz, pierde vida. Ponerlo en palabras es imposible. Solo la persona que lo siente puede llegar entender la pureza y la fragilidad de la cual es responsable.  Su fragilidad es tal que el solo mencionarlo provoca que empiece a quebrarse, a perderse poco a poco. No puede explicarse, solo sentirse aunque sea solo producto de la imaginación, aunque ese sentimiento tan real y apasionado solo este basado en ideas que uno mismo imagina en su mente. Es perfecto. Por favor, no hables. No lo rompas, no lo dejes morir. Las palabras son innecesarias, solo hacen daño. 

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